jueves, 2 de junio de 2016

ARTIUS


(Completo, ingenioso, artístico, perfecto.)

La terapia psicológica es un arte, el arte de sanar debe ser ingenioso, inteligente, holístico para llegar a un estado de completitud, en el que emociones, pensamientos, acciones, creencias y entorno se encuentren armonizados entre sí. 

Es creadora de sinergia entre las partes de sus sistemas, es fortalecedora del ser, es impulsora de la fuerza vital del ser humano, es un camino que lleva a estar más cerca cada vez de la mejor versión de nosotros mismos que podamos ofrecernos así como a nuestro entorno. Es el darse cuenta del por qué y del para qué, del cómo y, más importante aún, de hacia dónde a partir de ahora.

Por eso hemos escogido Artius como nombre, creemos que la terapia psicológica debe asemejarse al arte, a la belleza, porque la belleza es verdad y la verdad, la que sea para cada uno de nosotros, nos hace libres, en el sentido de poder ser quienes somos, de hacer lo que nuestra mejor parte siente la necesidad de hacer. Sin ignorar las sombras, los desafíos, lo no bello en un inicio se puede transformar en hermoso y lo grotesco también puede ser fuente de belleza e inspiración.

Debe ser ingeniosa porque no puede seguir solo un camino, como las raíces de las árboles no siguen patrones establecidos ni cánones de deberes más que el de soportar la grandeza del árbol, de poder dar profundidad para generar hojas, frutos, sombra y futuras semillas, así mismo la terapia no puede seguir siempre reglas que desafíen la semilla que contiene la sabiduría del árbol o la belleza de la flor que se ha de revelar, debe adaptarse así a los vientos, a su entorno, debe ser capaz de poder soportar tormentas, días de sol intensos, calores y lluvia, que al final nutren y fortalecen, esa es la terapia que con inteligencia y astucia lleva al ser humano a convertirse en lo que su semilla anhela.

La terapia también debe ser perfecta no en el sentido de la infalibilidad, debe ser perfecta en el sentido de que el respeto a las partes de las sombras que también se encuentran dentro de los troncos de los árboles debe estar presente, respetar las sombras, hacer reverencia a nuestros instintos y nuestras contrariedades también es parte de lo que una terapia psicológica debe hacer, no se puede revelar un diamante sin haber cavado profundamente, sin haber soportado presiones indecibles, sin reconocer que se puede brillar en medio de cuevas insospechadas y de que lo oscuro también es parte de la naturaleza, así como las fosas esconden agua, las grutas esconden tesoros, las semillas deben enterrarse primero para poder nacer, las sombras forman parte de nosotros. 

La terapia ha de honrarlas, de respetarlas y de darles su lugar para crear un equilibrio, Artius busca las sombras también, busca los fantasmas y los monstruos que traen mensajes del más allá para poder tener una vida aquí, para encontrar respuestas donde la luz no da más que destellos.

Por último, la terapia debe ser completa, no en el sentido de no volverse a necesitar nunca más, sino en el hecho de que debe tomar en cuenta el entorno en el que crece, como los árboles y las flores crecen en su debido ecosistema, o las que se mudan por mano del hombre para equilibrar otras fuerzas.

También la terapia debe abarcar el hecho de que estamos inmersos en un vasto mundo de árboles que desean florecer, crecer fuertes, dejar sus frutos. La completitud se basa no en estar solamente bien con uno mismo porque el egoísmo termina afectando la tierra donde sembramos y en la desestabilización de los otros, que son nuestro reflejo, el espejo y a veces la vara con la que nos medimos, Artius busca estar en armonía con este entorno para que lo mejor que podamos ser se integre y a su vez sirva también de espejo a los otros para que ellos también puedan ver lo que pueden ser. 

Así como la música, la danza, la pintura, la poesía es reflejo de nuestra humanidad, son ecos que resuenan en nuestra alma, nos hacen vibrar y nos hacen saber que, en efecto, nada humano nos es ajeno, así también la terapia psicológica es un proceso para hacer más bello el mundo, para llenarlo de comprensión, de empatía, de amor y que algún día podamos resonar y hacer ensamble de todas nuestras artes, de hacer un mural, una danza, una canción, una poesía del género humano. 

En fin, la terapia es el arte de apreciar la humanidad con todos sus bemoles, sus acordes, sus matices y movimientos, con todos sus verbos y reflexiones, apreciar al ser humano, al animal, al espiritual, al escéptico, al artista, al demonio de sus infiernos, al indiferente, al loco, al genio, todo para crear la mayor obra de arte de todas: nosotros.








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