Como siempre,
estamos felices de reecontrarnos con ustedes, en donde quiera que estén y como
sea que nos estén leyendo, siempre es placentero saber que alguien más comparte
el regalo que son los remedios florales.
Hemos
recibido muchos comentarios sobre la forma en que éstos están cambiando su
manera de percibir el mundo y de experimentarse a sí mismas, a veces pareciera
que es como si de repente hubieran despertado de un sueño en el que habían
estado sumergidas.
Algunas también nos dijeron que a veces parecía como si se
estuvieran deslizando en un cambio y aunque sintieran ganas de volver a las
viejas andadas como que “algo” los detenía de hacerlo y por lo mismo se sentían muy bien.
Así es el
cambio de consciencia del que hablaba Bach y al que tanto se hace referencia en
los procesos de cambio, algo se mueve dentro de ti misma y simplemente
reconfigura todo lo demás; cuando este “algo” que cambia dentro de ti es
profundo entonces la misma realidad cambia, y no porque vivamos en un mundo
mejor o súbitamente la tierra se vuelva más bonita sino que tenemos nuevos ojos
para verla y mejores sentidos para experimentarla.
Tenemos que
ser conscientes de que hemos sido condicionadas y moldeadas por múltiples
factores durante nuestra vida y de que al quitar esas capas entonces nos
acercamos a nuestro ser más auténtico, incluso podemos incorporar o modificar
partes de nosotras que no nos gustan ya con un mayor poder personal.
Uno de los
temas por demás discutido, criticado y visto con ojos de desconfianza es la felicidad
y el redescubrimiento del “niño interior”.
Al principio pareciera que estamos
hablando de un molde estándar de niña o niño y que fuera la panacea para todos
los problemas emocionales de nuestros días.
También pareciera que fuera un
intento melancólico de recuperar esos momentos de felicidad e inocencia antes
de que el mundo nos contaminara con su fealdad y crudeza (asumiendo de entrada
que el mundo es feo y cruel).
Coincidimos
con muchos expertos que dicen que en realidad tenemos que hacer contacto más
con el adulto interior porque ya hay demasiada gente actuando de manera
infantil en el mundo. Y tienen razón, porque se nos olvida que la vida muchas
veces viene con baches, desilusiones, fracasos, tropiezos, desamores y otros
sentimientos no tan gratos y que no podemos ponernos a llorar por todas y cada
una de las razones antes mencionadas, a modo de berrinche. Se vale sentirse mal, se vale
desanimarse, llorar también es muy bueno; pero actuar como un ser desvalido,
que necesita el chupón para tranquilizarse o evadir la realidad cuando se pone
dura por medio del juego no es necesariamente la actitud más práctica para
salir del hoyo. Y no es ese al “niño interior” que queremos cultivar.
Ahora bien,
todos los niños son diferentes. Algo que dista mucho de la realidad es que por
ser niñ@ tienes que tener atributos especiales como energía, ganas de jugar y
de divertirse, ser escandalosas, inocencia y muchas otras características. Pero también hay niñas
calladas, que les gusta estar más con ellas mismas, que prefieren actividades
en solitario y que disfrutan plenamente de esto sin estar deprimidas o tener
problemas emocionales.
¿Entonces a
qué demonios se refieren con el “niño interior”? En realidad el término hace
referencia a una construcción de infancia muy idealizada y que contadas
personas tuvieron. Lo que sí podemos rescatar de esta idealización son
actitudes, emociones y maneras de comportarse que nos pueden hacer la vida más
ligera si las incorporamos en nuestra cotidianidad ¡Siempre que también que sean
compatibles con la manera en que nos gusta ser!
Cuando ha
habido situaciones en el pasado que han hecho más rígida nuestra personalidad
es necesario revisarlas pues generalmente nos ponen un freno indeseado que no
nos permite estar en el mundo de una manera más relajada, si hemos perdido un
poco esa disposición a ser espontáneos o incluso si somos más planeadoras y
queremos desarrollar esa característica porque nuestra adaptación al medio lo
requiere, hay esencias florales para hacerlo.
También pueden ayudar cuando hay
mucha represión en las personas o un exceso de responsabilidad y control que no
nos deja tomar las cosas con más humor; eso de que la vida es un juego y una
experiencia para disfrutar puede resultar bastante difícil para muchas de
nosotras, sobre todo si hemos sido educadas para responder a exigencias
externas e internas; nos olvidamos de que al final nadie nos está evaluando y
podemos hacer las cosas por el mero hecho de que disfrutamos haciéndolas.
Estas
actitudes que comúnmente se les atribuyen a los niños también están presentes
en los adultos y muchas veces son señales de gran madurez e inteligencia. Es
importante recordar que estas maneras de dejarse fluir con la vida son
diferentes para todas, tal vez en una persona se manifieste saliendo más de
fiesta mientras que otra elija quedarse en casa y pasarse un buen rato con un
libro y un café. La cuestión aquí no es el cómo se disfruta sino el que nos
permitamos hacerlo, que haya esa ligereza de espíritu para poder liberarse de
las ataduras, jugar con las situaciones y no tomarse la vida tan en serio.
Varios remedios
florales nos vienen a la mente cuando pensamos en este trabajo, aunque es
importante diferenciar qué temas en específico tratan y cómo lo abordan, la
clave en la elección del remedio floral adecuado siempre tiene que ver con la
persona, no son como las aspirinas o las pastillas para la gripe.
Del sistema
Bach tenemos Rock water, curiosamente no
está hecha de una flor sino de agua de un manantial que tiene propiedades
curativas.
Está dentro de la familia de “Excesiva preocupación por el bienestar
de los demás” y el tema que trata es la rigidez, cuando una persona es muy dura
consigo misma porque siente que a través de su buen comportamiento puede poner
un ejemplo a los otros y en consecuencia los demás podrán querer seguir el
modelo y ser mejores.
A simple vista
podría parecer como un caso extremo, sin embargo es muy frecuente encontrarnos
con estas situaciones en la consulta terapéutica.
No falta el
doctor que siente que no puede hacer nada fuera de la línea porque entonces los
pacientes pensarían que pueden hacer lo mismo y no se mejorarían. O la
nutrióloga que no se permite el simple placer de unas papas a la francesa
porque quiere estar 100% fit, o el psicólogo que no se puede perder la
compostura en las fiestas o llorar una pena porque siempre pregona la
ecuanimidad.
Generalmente
tienen ideales elevados y hacen cualquier cosa para vivir de acuerdo a ellos,
aunque sufran mucho en el proceso; tan preocupados están por su propia
perfección que se les olvida que pueden ser flexibles consigo mismos y con los
demás. Cuando se permiten los pequeños placeres de la vida es más fácil que
puedan llevar a cabo sus ideales pues podrán fluir como el agua por la vida,
adaptándose mientras siguen su curso.
Este tipo de autosacrificio y represión
puede ser muy dañino llevado al extremo, poder fluir con la existencia sin
tener siempre que estarnos imponiendo la perfección o valores estrictos en todo
lo que hagamos es una manera de ser más sencillo y auténticos; por lo mismo
tendremos mayor impacto en mejorar nuestro entorno.
Del sistema
australiano de Bush tenemos a Little flannel flower, una flor que desde su
nombre nos recuerda a infancia. Está indicada cuando estamos frente a personas
que tienden a tomar la vida de una manera muy seria, o que han tenido que “crecer”
muy rápido porque tal vez tuvieron responsabilidades desde muy jóvenes.
Gente
seria, que no se deja disfrutar o les cuesta trabajo tomarse un tiempo para reír
y disfrutar esa ligereza y despreocupación. Incluso pueden haber perdido mucha
de su capacidad para tener un sentido lúdico en su andar cotidiano; Little flannel
flower nos permite conectar con esos rasgos y habilidades que tuvimos o que
deseamos desarrollar, y es realmente sorprendente que también se consideren
como aprendizajes porque para mucha gente es muy difícil el recuperar el
sentido de la diversión porque no tuvieron la oportunidad de hacerlo antes.
Esta flor nos conecta con esa energía y de manera sutil nos ayuda a sentirnos
más ligeros de espíritu.
En la misma
línea trabaja la Orquídea alegría, hemos hablado de ella en nuestro post sobre
flores y sexo (¡porque hay mucho de juego y diversión en las relaciones
sexuales!) esta orquídea nos ayuda a tomarnos las cosas más a la ligera e incluso reirnos de las preocupaciones promoviendo un estado de ánimo más ligero y tendiente hacia la felicidad (¿Será que por eso se llama así?) puedes checar la información en este link para saber un poco más
sobre ella:
http://artiusterapia.blogspot.mx/2017/02/tips-florales_21.html
Aunque es
verdad que la vida no es siempre risas y juegos es importante saber que podemos
desarrollar habilidades que nos permitan disfrutar plenamente de los buenos
momentos y sufrir menos en los no tan buenos; dentro de nuestro adulto o joven
podemos volver a maravillarnos por las cosas más simples de la vida, tener la
capacidad de pensar “out of the box” y no ser tan lineales ni rígidos. Eso es
lo que estos remedios transmiten, lo que tantos llaman “niño interior”,
y que muchos confunden con inmadurez o inocencia, no obstante es una habilidad
vital para vivir mejor y eso es sabiduría…y no tiene nada que ver con la edad.
Artius
P.D: Notarán que este artículo está escrito en femenino, respetando el hecho de que la mayoría de nuestras seguidoras son mujeres creemos justo el haberlo escrito así (¡Ni que fuera malo ser mujer!) si algún hombre siente amenazada su masculinidad... hay flores para eso también.